Dado que nuestras emociones se manifiestan cotidianamente en nuestras vidas, ya sea cuando nos enfadamos, nos reímos, lloramos o sentimos mariposas en el estómago, es importante reconocerlas y aprender a gestionarlas con nosotros y nosotras mismas, así como con las demás personas.
La gestión de emociones se entiende como la capacidad que podemos desarrollar al reconocer lo que estamos sintiendo, de manera tal que al reconocerlas seamos capaces de regularlas en situaciones que podrían interferir a la hora de tomar decisiones en nuestras vidas. De esta manera, a la hora de resolver problemas una persona que es capaz de gestionar sus emociones, lo hace adaptándose al medio en que se encuentra, teniendo así una mejor forma de relacionarse social, académica y laboralmente.
Para aprender a gestionar nuestras emociones, el primer paso es reconocerlas e integrarlas, ser conscientes de lo que sentimos para conectarlas en nuestras vidas. De esta manera, con el tiempo podemos aprender a lidiar con lo que estamos sintiendo y experimentando fisiológicamente, para así motivarnos a la hora de sentir emociones displacenteras, como el enfado o la tristeza, a recuperarnos y volver a focalizarnos en nuestros objetivos personales.
Finalmente, aprender a reconocer nuestras emociones y gestionarlas, no sólo nos ayuda personalmente, sino también a la hora de relacionarnos con las demás personas, volviéndonos personas más expresivas, empáticas y sociales a la hora de interactuar.
Como consejo, escribir en un diario las emociones que vamos sintiendo nos ayuda a ser conscientes de cómo se expresan en nuestros cuerpos las emociones. Además, debemos aprender a aceptar cómo nos sentimos y focalizarnos en pensamientos positivos.
