Juntas nos inspiramos

Reflexiones sobre el autocuidado

2023-02-27 10:20:00

El autocuidado no puede ser un mandato, lo digo firme y categóricamente. Te invito a desmenuzar esta afirmación.

Vivimos en una época en que, si de algo podemos sentirnos orgullosas, es de liberación de los mandatos sociales. Ya no existe UNA forma de ser exitosa, no hay una ÚNICA manera de sentirnos atractivas, no TENEMOS que seguir un patrón para SER mujer. En hora buena hemos ido avanzando en respetar nuestras diferencias y no sólo eso, validarlas y darnos permiso a experimentar; a que cada quien construya su vida como le sale de las entrañas.

Sin embargo, hay algunas dimensiones de nuestra existencia, donde, de manera muy sutil, se nos cuela el “mandato social” todavía.

Te invito a pensar en el autocuidado… ¿Qué imágenes se te vienen a la cabeza cuando piensas en este concepto?

Quizá te imaginas una escena donde estés en total relajo, una imagen de ti misma haciendo deporte, al aire libre o en contacto con la naturaleza. Tal vez se te vendrá a la cabeza la escena de ti misma en una sesión de manicura, o incluso un día completo en la peluquería aportando nutrientes a tu cabello. Delicias de panoramas donde nos encontramos con nosotras mismas mimándonos.

Y aquí te invito a hacer un “doble click”: ¿Eso en lo que pensaste es de pago? ¿requeriría de una inversión monetaria, por tanto, estaría sujeta a tu capacidad económica?

Hace unos días reflexionaba en esto… Ya volveré al punto más adelante.

Te contaré mi definición en este momento.

Para mí, el autocuidado es proporcionarme aquello que necesito, cuando lo necesito. Simple y concreto.

A veces es descanso, claro que sí, pero otras veces es alentarme a que dé más de mí, en otras tantas es impulsarme a que salga de mi zona de confort y en la mayoría del tiempo es cuidar de mi alimentación y actividad corporal.

El autocuidado implica un proceso de autoconocimiento y de autonomía.

Si estás impulsando algún proyecto que te ilusiona muchísimo, es posible que la mejor manera de cuidarte sea enfocándote en él.

Por otro lado, si llevas meses dándolo todo y tu cuerpo te está pidiendo que pares, entonces es posible que esa sea tu mejor manera de auto cuidarte; descansar, agradecerte por todo lo que has logrado y reconectar con la grandiosa sensación de amarte simplemente por el hecho de existir.

El autocuidado no puede ser un mandato, porque si le quitamos su esencia de apelar a nuestra autonomía, pierde el sentido de que desees proporcionarte aquello que necesitas por voluntad propia.

Sí creo que es un importante hábito, positivo de recomendar y hermoso de experimentar.

Ahora bien, de todas las posibles maneras en que podría auto cuidarme, confieso que, a las que son gratuitas les tengo especial cariño y te cuento el motivo.

En mi última crisis, una multicrisis que barrió con casi todos mis paradigmas, aprendí a valorarme por lo que SOY no por mis logros externos ni mis recursos financieros. En el viaje de autoconocimiento aprendí a valorar mi alegría, mi optimismo, mi cuerpo, tantos elementos que habitan en mí y que no dependen de nadie más. Fue entonces cuando me sentí con la responsabilidad de cuidarme como un hábito, me subí a la bicicleta y aluciné con la sensación de libertad en el desplazamiento, comencé a cocinarme de manera sistemática y a notar el impacto positivo que tenía en mi energía, a dedicar más horas a mi trabajo y a ver cómo podía disfrutar de las primeras “cosechas” de mi siembra.

Me gustan las maneras gratuitas de autocuidado porque son de libre alcance para todo el mundo. Están ahí para ti también.

¿Te has preguntado qué necesitas proporcionarte? ¿Has buscado la manera de cuidarte un poco más?

Sólo tú sabes o intuyes aquello que mejoraría tu vida en este momento. No hay un cerebro igual a otro, no hay una historia igual a otra. ¿Estás dispuesta a responder estas preguntas?

Buen viaje,

Andy Valdés.

 

Otros tips y consejos que pueden interesarte