Juntas nos inspiramos

¿Y si hablamos de sororidad?

2022-05-22 00:00:00

Décadas atrás, solía pasar que las mujeres se relacionaban sólo con mujeres parientas, con sus hijas, madres, abuelas, primas o tías y algunas veces con otras mujeres pertenecientes a familias amigas de sus familias. Era un círculo bastante reducido, pero en la cultura actual y dados los cambios sociales en término de los derechos de las mujeres, comenzó a pasar que mujeres muy diversas comienzan a converger en los mismos espacios.

 

Las mujeres comienzan a participar en la escuela, en la universidad, en el trabajo y salen del espacio doméstico y familiar al que estaban acostumbradas. a encontrarse con otras mujeres de distintas clases sociales, edades, nacionalidades, credos, niveles educacionales; empiezan establecer nuevas relaciones interpersonales, y como en toda relación interpersonal comienzan a aparecer las similitudes, pero también las diferencias.

 

A veces la gente piensa que es natural que las mujeres intimemos con otras mujeres, tengamos confianza entre nosotras solo por ser mujeres, pero no siempre es así, y la sororidad encaja justo en esto porque nos permite conocer y comprender por qué hay relaciones difíciles a veces entre mujeres. 

 

La sororidad es una construcción que toma muchos elementos de la amistad pero que se propone algo más; es una especie de alianza entre mujeres para continuar desmontando poco a poco la discriminación y todo lo que margina a las mujeres. Vamos construyendo un apoyo mutuo.

 

Al ser una alianza implica un pacto y términos, pero siempre reciprocidad y confianza. En esta alianza entre mujeres, nos reconocemos como semejantes y diferentes al mismo tiempo. No buscamos pensar idéntico, o pensar las mismas cosas, buscamos coincidir y comprender. Esta sororidad busca enriquecer nuestras vidas y subjetividad como mujeres en la sociedad, fortalecer nuestra condición de género y nuestras mentalidades con el apoyo de otras mujeres. 

 

Así como exigimos al mundo la igualdad entre mujeres y hombres, también tenemos que exigir la igualdad entre mujeres. Debemos convocar a otras mujeres a comprender que para cambiar las cosas requerimos no solo que cada una asuma un rol activo, sino que colectivamente nos empoderemos, nos hagamos fuertes (que no quiere decir que nos volvamos dominantes), comprometidas con una visión respetuosa y pacífica. La sororidad busca el diálogo entre mujeres, busca erradicar relaciones conflictivas que producen enemistad, competencia hostil y rivalidad que muchas veces pueden bloquear el desarrollo y la participación de las mujeres en diversos espacios.

 

La palabra sororidad viene de “Sor” que quiere decir “hermana”. La invitación es entonces a establecer una relación como si fuéramos hermanas, en un sentido de paridad simbólica y de hermandad confiable: con fe en las otras mujeres, fe en nuestras amigas, fe en nuestras colegas, estudiantes, parientas, hijas. Pero no una fe ciega, es una fe por el conocimiento profundo de las otras, una fe por el reconocimiento positivo entre mujeres y la no discriminación. 

 

Yo creo que todas hemos vivido instancias de sororidad, solo que tal vez antes no le otorgábamos un nombre ¿te acuerdas de alguna?

 

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