Cuando hablamos de tomar decisiones, es un tema que nos asusta, nos vuelve reflexivas, en algunos casos ansiosas e inseguras. Es una palabra que nos desafía, que a veces sentimos nos queda grande y muchas veces la evitamos o dilatamos más de la cuenta…
¿Qué he descubierto de esta sensación que a veces puede ser un poco abrumadora a la hora de enfrentarnos a una decisión? ¿Qué hay detrás de esta emoción que muchas veces nos asusta y paraliza?
Con el tiempo he descubierto que cuando nos enfrentamos a decisiones se hace presente el sentimiento de responsabilidad… el tomar decisiones nos obliga a “hacernos cargo”, a “hacernos responsables” de lo que queremos que pase y de lo que nos sucederá de ahora en adelante. Es la forma que tenemos de tomar el control, hacernos protagonistas de nuestra propia historia, que es lo opuesto a vivir en modo pasivo. Cuando tomamos decisiones nuestra historia se escribe y se cuenta en primera persona, cuando las evitamos, la redacción cambia y es como leer la misma historia en tercera persona o donde somos un personaje secundario….
Si miramos hacia atrás podemos darnos cuenta de que la vida, nuestra vida, es y ha sido el resultado de un conjunto de decisiones, algunas más trascendentales y difíciles que otras, algunas con menor impacto o que pueden sonar más triviales, pero no cabe duda que el conjunto de ellas, nos ha convertido en lo que somos hoy.
Teniendo en cuenta la relevancia que tiene tomar decisiones en nuestra vida, ¿por qué nos cuesta tanto hacerlo y a veces incluso las evitamos?
Porque tomar decisiones siempre tendrá riesgos, costos de oportunidad, un cierto grado de incertidumbre y eso nos provoca inseguridad para actuar.
¡Tomar decisiones siempre requiere de coraje y valentía!
Cuando dejamos de decidir en realidad lo que estamos haciendo es dejar que otros decidan por nosotros o estamos dejando pasar oportunidades que se nos presentan por sentir que no es el momento perfecto o adecuado para ello, cuando la realidad es que en la vida ¡no hay un momento perfecto! , simplemente las oportunidades se tienen que tomar cuando se nos presentan y es clave saber aprovecharlas, o nos estaremos privando de ellas y nunca se sabe si se volverán a presentar...
Basándose en mi experiencia te puedo dejar los siguientes consejos:
- Toma riesgos controlados, analiza lo que te puedes estar “perdiendo” por no aprovechar una oportunidad que se te presenta
- Confía en tus instintos e intuición al verte enfrentada a un dilema, muchas veces te dirán mucho más que la experiencia.
- Nadie sabe más que tú, lo que es mejor para ti, escucha tu voz interior
¡Ten coraje, sé valiente y da siempre el primer paso!
Rocio Ruiz
